Aunque existen muchos ejemplos que demuestran que el
consumo excesivo de alcohol puede derivar en un fallo en el sistema inmunitario
(entre otros muchos efectos nocivos), desde hace algún tiempo se cree que beber
de forma prudente podría mejorar la respuesta de nuestro organismo ante
determinadas infecciones.
La cerveza, un gran aliado para nuestra salud.Concretamente, se habló de la posibilidad de que la cerveza (alguno de sus componentes) pudiese evitar determinados procesos inflamatorios. ¿Cómo lo conseguiría? Como ya explicó la Dra Ascensión Marcos, profesora de investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en una entrevista concedida a Europa Press hace unos años, parece ser que esta bebida consigue su objetivo antiinflamatorio disminuyendo los niveles de prolactina en la sangre.
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Esta hormona, íntimamente relacionada con el proceso de lactancia materna, también se encuentra elevada en situaciones de estrés mantenido y en algunas enfermedades inflamatorias.
Las enfermedades autoinmunes (con la alergia a la cabeza), la esclerosis múltiple, e incluso la fibromialgia, pueden verse favorecidas por el descenso conseguido en los niveles de prolactina tras consumir de forma moderada la cerveza.
¿Qué cantidad es la ideal? La propia Dra Marcos, y algunos colaboradores, llevaron a cabo un estudio con 57 voluntarios sanos (hombres y mujeres). La investigación consistía en dar a tomar cerveza de forma moderada a los participantes, tras un mes de abstinencia alcohólica. La cantidad de cerveza que se consideró 'moderada' era de dos latas de cerveza al día los hombres, y algo más de una lata en el caso de las mujeres.
Además, el estudio base sobre el que la Dra Marcos basaba sus recomendaciones no mostró cambios en el peso (ni, por tanto, sobre el Índice de Masa Corporal en todas aquellas personas que habían bebido cerveza de forma moderada durante el mismo.
¿Cuál es el motivo de estos efectos beneficiosos? No quedaba claro. Quizás la poca cantidad de alcohol ingerida, quizás el aporte en fibra que contiene la cerveza, a sus minerales o quizás las múltiples vitaminas del grupo B que lleva en su composición esta popular bebida. Lo sorprendente de todo es que los beneficios eran más notables entre las mujeres que entre los hombres.
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Por otra parte, beber cerveza de forma regular y moderada podría reducir la tendencia a la coagulación de la sangre. Esto, unido a su beneficioso efecto sobre el balance de grasas del cuerpo (aumenta los niveles de HDL o colesterol bueno), permitirían disminuir el riesgo que una persona padezca un infarto de miocardio (algo que, por otra parte, ya habíamos comentado anteriormente en este espacio.
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