Ruta de los Ríos (17/2/2008)

Buen día de ciclismo de montaña en su esencia pura. Hay que decir que estos de Miajadas organizan bien estas rutas. No se puede decir lo mismo de las distintas categorías de premios; a saber, la Peña los Perdíos no logra entender las dificultades que encuentran en resolver quiénes son los que vienen de más lejos, quiénes son los que presentan el grupo más numeroso, etc. No es que nos vaya la vida en conseguir o no un jamón, lo que fastidia es que el fallo ya se ha producido dos veces. Pero bueno, esto no es lo que nos interesa hoy.
El Instituto Nacional de Meteorología anunciaba lluvias, pero no llegaron hasta poco después de acabar la ruta. Con todo, el día estuvo ventoso, con una sensación térmica bastante fría. Bastantes participantes este año en la jornada, que como es costumbre partió desde el polideportivo de Miajadas. En esta ocasión conseguimos reunirnos casi todos, los habituales y los menos habituales. Falta sólo el abnegado, el ínclito, el colombiano Mauri, que seguro que habrá tenido que entregarse al trabajo. Por otro lado, acuden compañeros como el gran Paco San Fran, Alberto (junior), Rubén, Pitu, que suelen venir menos veces por diversas razones.
El comienzo, a partir del cruce de la autovía, es bastante bonito y sinuoso. Se pasa por una zona de canchales en fila de a uno, entre tapias de piedra. Por aquí hay que andar listo, pues si te pones detrás de algún vehículo lento te puedes morir de aburrimiento (hay quien dice que vio a alguien pararse a coger espárragos). Todo esto es una bajada hasta el río Búrdalo, que poco después comprobamos que está seco. El año que estamos pasando de sequía se nota bastante, ya que el polvo hace más presencia que el barro (¡qué diferencia con el año pasado!). Luego pasamos una zona con mejor firme hasta Almoharín, y desde allí comienza la subida, al principio suave y luego mucho más dura. De hecho, el primer tramo de verdadero puerto es una impresionante rampa de un 18% de desnivel de unos 200 metros. Ahí, unos pudimos subir sin bajarnos de la montura u otros tuvieron que echar pie a tierra por culpa de las piedras, de la gente que se iba parando, del cansancio extremo… Luego la subida sigue, no como hace dos años, que había que parar en Valdemorales para comer allí y hacer la parada principal del día. No, aún faltaba mucho por subir, en concreto todo el Puerto de Santa María, pero por el camino que se ve desde la carretera que va a Cáceres. Yo veo pasar a todos mis compañeros mientras me voy quedando atrás. Al final, en la cima se habilita el lugar para comer, que hubiera sido mejor en la plaza del pueblo, porque hacía frío para tirarse en el suelo.
Parecía que lo que quedaba ya era bajar la cuesta hasta Almoharín, pero tampoco era eso lo que íbamos a hacer. Tomamos la carretera que va a Cáceres y nos desviamos a la izquierda en dirección a Montánchez. Ahí hay una rampa no muy dura y en la primera ocasión que hay tomamos un camino que hay a la izquierda. Algunos toboganes más, y nos plantamos en la cima, desde donde se ven las dos sierras principales de algo más de 1000 metros de altitud: la Sierra de Montánchez y la del helipuerto. Desde mi punto de vista, es una zona preciosa, de mucho viento, que tiene como techo unos cables de alta tensión que provocan un ruido ensordecedor. Arriba me encuentro a Los Perdíos con problemas mecánicos; Lospi ha tenido un reventón de rueda y han echado mano de la cubierta de repuesto. Cuando acabamos, logramos conseguir que se lleven la cubierta vieja los de la organización. Luego me enteré de que Lospi vuelve a reventar la rueda en la bajada por el empedrado (una explosión espectacular, según cuentan). Dura bajada y llegamos a Almoharín donde ya están casi todos esperando. Lo que falta no es demasiado, si tenemos en cuenta lo anterior. Jose, Rubén, Lospi, Cuchi, Mario, Ángel, Alberto junior, Pitu, Julio y Javi van bastante bien de fuerzas. Otros, como yo, no tanto.
Finalmente, se llega a Miajadas y nos duchamos todos juntitos en el polideportivo para irnos luego a comer.