Levantarse tan temprano no debe ser un plato de buen gusto para nadie, pero cuando se hace para estos menesteres se lleva bien. A las seis y cuarto estábamos todos prácticamente en casa de Mario preparados. Sólo faltaba Pabli y Paco San Fran, que lleva meses sin salir.
Emprendemos un largo viaje en coche hacia esa zona de la siberia Extremeña que limita con Castilla La Mancha. El tiempo amanaza lluvia pero no parece que nadie contemple la posibilidad de echarse atrás. Hacemos una incursión en Castilblanco hacia las ocho de la mañana para buscar una cafetería, asunto que nos lleva más tiempo y callejeo del esperado. Mauri rememora sus viejos tiempos de trabajo en este pueblo. Pronto nos ponemos en marcha otra vez hasta llegar a la presa del embalse del Cíjara.
Cualquiera que nos viera allí pensaría que íbamos de caldereta, por ambiente lúdico que se respiraba. Aunque el día estaba con niebla y amenazando lluvia, nos ponemos en marcha después de preparar las bicicletas y los equipos. En la primera bajada, Ángel pincha otra vez la rueda derecha y, no sé bien porqué, cuesta bastante arreglarla. Impresionante, ya desde los primeros kilómetros varios grupos de ciervos cruzaban el camino a nuestro paso. Algún aficionado a la naturaleza aclara que a esa hora bajan a beber al río.
El caso es que el que aquí escribe tampoco es el más indicado para hacerlo, pues me perdí gran parte de lo que pasaba en cabeza. Así que si alguien quiere desmentir o matizar algo, que lo haga sin dudarlo.
Pues bien, el camino es bueno, bien afirmado, con algunas puedrecillas, pero pequeñas. Los que habían venido en Diciembre de avanzadilla (Julio y Pitu) decían que el trazado no era duro, pero nada más lejos de la realidad. Pronto empiezan los toboganes, que cada vez son más duros. Los miembros más pesados comenzamos a descolgarnos. Aparece una cuesta a diez kilómetros que, sin ser demasiado dura, resulta interminable. El poquito frío que nos quedaba ya no era un problema. En algunos momentos la niebla se tornaba en lluvia fina y algunos tramos estaban mojados. Después llegamos a un cruce de caminos donde paramos para descansar en una especia de cabaña que deben usar los forestales (pedazo de risas cuando vemos una escoba de tamujo que está moviendo Cuchi por una ventana). Desde allí salimos, hacemos una bajada que otra y llegamos a una torre de vigilancia que usan para los incendios. Es una bonita torre de piedra, quizá de los años cincuenta.
Lo de después es casi todo bajada, muy electrizante y larga, hasta la carretera asfaltada que se dirige a Helechosa de los Montes. En el cruce esperamos a los colombianos (dícese de quienes hacen lentos descensos). Tomamos el camino hacia Helechosa y aquí ya empieza la guerra. La carretera tiene mitad asfalto y mitad hoyos. Cuando llegamos al pueblo, algunos íbamos descolgados ya. Se consigue pasar el pueblo sin arrollar a nadie y el ritmo va en aumento. Luego, según creo, Pitu y Ángel se escapan del grupo reducido que quedaba, pues Mauri, Miguel, Orzowey, Jose y Piolo ya estaban descolgados. En esta zona se puede observar la pervivencia de robles, a pesar de que no tiene demasiada altitud.
Finalmente, creo que Lospi y Mario especulan demasiado con la escapada y también calculan erróneamente lo que falta para el final. Pero el ciclismo suele premiar a los valientes que conservan fuerzas: y por ello se plantan en la meta Pitu y Ángel por este orden. Luego llega tercero Mario, que se queja de lo poco que colaboran los otros. Cuarto, Lospi; quinto, Cuchi y sexto Javi. Los siguientes en entrar son Piolo (que se estrena en la clasificación, aunque también es el primer sábado que sale), Jose, Mauri, Miguel y Julio.
Estupenda etapa, aunque el día no permitió que disfrutáramos más de la belleza de estos parajes de Extremadura.
Emprendemos un largo viaje en coche hacia esa zona de la siberia Extremeña que limita con Castilla La Mancha. El tiempo amanaza lluvia pero no parece que nadie contemple la posibilidad de echarse atrás. Hacemos una incursión en Castilblanco hacia las ocho de la mañana para buscar una cafetería, asunto que nos lleva más tiempo y callejeo del esperado. Mauri rememora sus viejos tiempos de trabajo en este pueblo. Pronto nos ponemos en marcha otra vez hasta llegar a la presa del embalse del Cíjara.
Cualquiera que nos viera allí pensaría que íbamos de caldereta, por ambiente lúdico que se respiraba. Aunque el día estaba con niebla y amenazando lluvia, nos ponemos en marcha después de preparar las bicicletas y los equipos. En la primera bajada, Ángel pincha otra vez la rueda derecha y, no sé bien porqué, cuesta bastante arreglarla. Impresionante, ya desde los primeros kilómetros varios grupos de ciervos cruzaban el camino a nuestro paso. Algún aficionado a la naturaleza aclara que a esa hora bajan a beber al río.
El caso es que el que aquí escribe tampoco es el más indicado para hacerlo, pues me perdí gran parte de lo que pasaba en cabeza. Así que si alguien quiere desmentir o matizar algo, que lo haga sin dudarlo.
Pues bien, el camino es bueno, bien afirmado, con algunas puedrecillas, pero pequeñas. Los que habían venido en Diciembre de avanzadilla (Julio y Pitu) decían que el trazado no era duro, pero nada más lejos de la realidad. Pronto empiezan los toboganes, que cada vez son más duros. Los miembros más pesados comenzamos a descolgarnos. Aparece una cuesta a diez kilómetros que, sin ser demasiado dura, resulta interminable. El poquito frío que nos quedaba ya no era un problema. En algunos momentos la niebla se tornaba en lluvia fina y algunos tramos estaban mojados. Después llegamos a un cruce de caminos donde paramos para descansar en una especia de cabaña que deben usar los forestales (pedazo de risas cuando vemos una escoba de tamujo que está moviendo Cuchi por una ventana). Desde allí salimos, hacemos una bajada que otra y llegamos a una torre de vigilancia que usan para los incendios. Es una bonita torre de piedra, quizá de los años cincuenta.
Lo de después es casi todo bajada, muy electrizante y larga, hasta la carretera asfaltada que se dirige a Helechosa de los Montes. En el cruce esperamos a los colombianos (dícese de quienes hacen lentos descensos). Tomamos el camino hacia Helechosa y aquí ya empieza la guerra. La carretera tiene mitad asfalto y mitad hoyos. Cuando llegamos al pueblo, algunos íbamos descolgados ya. Se consigue pasar el pueblo sin arrollar a nadie y el ritmo va en aumento. Luego, según creo, Pitu y Ángel se escapan del grupo reducido que quedaba, pues Mauri, Miguel, Orzowey, Jose y Piolo ya estaban descolgados. En esta zona se puede observar la pervivencia de robles, a pesar de que no tiene demasiada altitud.
Finalmente, creo que Lospi y Mario especulan demasiado con la escapada y también calculan erróneamente lo que falta para el final. Pero el ciclismo suele premiar a los valientes que conservan fuerzas: y por ello se plantan en la meta Pitu y Ángel por este orden. Luego llega tercero Mario, que se queja de lo poco que colaboran los otros. Cuarto, Lospi; quinto, Cuchi y sexto Javi. Los siguientes en entrar son Piolo (que se estrena en la clasificación, aunque también es el primer sábado que sale), Jose, Mauri, Miguel y Julio.
Estupenda etapa, aunque el día no permitió que disfrutáramos más de la belleza de estos parajes de Extremadura.
Buenos días Migue. Estupenda crónica. Sólo una precisión: mi puesto en la llegada no fue el sexto, sino el quinto, por delante de Cuchi.
ResponderEliminarSaludos. (JAVI).
Alguien me puede decir donde os habéis hecho el certificado médico.
ResponderEliminar(JAVI)
No os preocupeis , mañana mandaré las pocas fotos que merecen la pena.
ResponderEliminarEl colombiano
Necesito las fotocopias y las fotos ya, mañana entrego la documentación.
ResponderEliminarSi no no tendremos las licencias a tiempo.
Hola, Javi, la verdad es que estuve dudando entre vuestros dos puestos. Ya he corregido los puntos en la clasificación general. En la entrada lo voy a dejar como está, pues puedo tener problemas con los comentarios.
ResponderEliminarSiento mucho que el colombiano no pueda venir a la Ruta de los Ríos.
Saludos
Se busca compañero de escapada para el próximo sábado. Total discrecionalidad. Se valorará resistencia en el pedaleo y no muchas cualidades para el sprint. Abstenerse los "chuparruedas". Interesados dejar mensaje en este foro.
ResponderEliminarSaludos. EL PENÚLTIMO.
Mauri,si no sales el sabado tienes que venir al obrador a firmar la licencia,puedes venir el viernes por la mañana a la hora que quieras y si sales el sabadao lo firmas el sabado.
ResponderEliminarPenultimo,yo me apun to a la escapada.
Un saludo(Mario)
Miguel dixit:
ResponderEliminarEl sábado podríamos hacer la Ruta de las Ermitas. ¿os animáis?
Saludos.
Estoy de acuerdo. Me parece un buen terreno para escaparme. Además, voy a poner la cubierta de la rueda delantera más estrecha. A ver qué tal. De todas manera, si la mayoría piensa en hacer una ruta más bonita, como por ejemplo por la Sierra de Utrera, avisarme, para volver a cambiar la rueda.
ResponderEliminar(EL PENÚLTIMO)