El día amanece con clara amenaza de lluvias, pero, después del susto inicial, la climatología nos respeta. No ocurrió lo mismo el domingo, cuando tuvieron que volverse atrás los que salieron. Poco personal en el punto de reunión: Lospi, Ángel, Piolo y Miguel. Aún así, decidimos hacer una etapa normal, en la que no hubiera demasiado camino por lo del barro.
Salimos rumbo al kilómetro 6 de la carretera del Valle, y allí nos desviamos a la derecha, por el camino que conocemos como alternativo a las cruces. Luego accedemos a la loma de los eucaliptos, que en esta ocasió cruzamos de un lado a otro. Esta es una zona pedregosa, entre eucaliptos, en donde vemos cruzar varias liebres, y desde donde se ve una gran llanura. De ahí bajamos a velocidad moderada hacia el sifón del Canal del Zújar, y luego al puente verde de la vía del tren sobre Guadámez. Tras parar a comer, salimos hacia Medellín, pero cambiamos de idea y volvemos al canal del Zújar.
Allí el viento sopla con intensidad de cara. Ángel tiene ganas de batalla, pero no está dispuesto a trabajar para nadie; por eso se pone a circular en zig-zag para quitarse chupones de detrás. A Lospi no le parece bien empezar así a 15 km. de meta y se pone a tirar a un ritmo medio. Poco después, Ángel salta de la disciplina del pelotón y se lleva consigo a Piolo. Lospi y Miguel detrás, sin demasiado esfuerzo, tienen siempre una referencia visual. Los kilómetros pasan y la escapada no inquieta demasiado, pues parece que la colaboración no es demasiado buena.
A poco de meta nos unimos los cuatro y planteamos un sprint inédito. El orden de llegada es: Lospi, Miguel, Piolo y Ángel.
En fin, día tranquilo con poca historia, pero con 47 km. y un fuerte viento de cara al volver.
Salimos rumbo al kilómetro 6 de la carretera del Valle, y allí nos desviamos a la derecha, por el camino que conocemos como alternativo a las cruces. Luego accedemos a la loma de los eucaliptos, que en esta ocasió cruzamos de un lado a otro. Esta es una zona pedregosa, entre eucaliptos, en donde vemos cruzar varias liebres, y desde donde se ve una gran llanura. De ahí bajamos a velocidad moderada hacia el sifón del Canal del Zújar, y luego al puente verde de la vía del tren sobre Guadámez. Tras parar a comer, salimos hacia Medellín, pero cambiamos de idea y volvemos al canal del Zújar.
Allí el viento sopla con intensidad de cara. Ángel tiene ganas de batalla, pero no está dispuesto a trabajar para nadie; por eso se pone a circular en zig-zag para quitarse chupones de detrás. A Lospi no le parece bien empezar así a 15 km. de meta y se pone a tirar a un ritmo medio. Poco después, Ángel salta de la disciplina del pelotón y se lleva consigo a Piolo. Lospi y Miguel detrás, sin demasiado esfuerzo, tienen siempre una referencia visual. Los kilómetros pasan y la escapada no inquieta demasiado, pues parece que la colaboración no es demasiado buena.
A poco de meta nos unimos los cuatro y planteamos un sprint inédito. El orden de llegada es: Lospi, Miguel, Piolo y Ángel.
En fin, día tranquilo con poca historia, pero con 47 km. y un fuerte viento de cara al volver.