Varias semanas después me incorporo al blog que tan bien han defendido tanto Piolo como Jose. Espero no quedarme solo en lo sucesivo y que de vez en cuando os dignéis a escribir alguna crónica que otra.
En el día de la fecha acudimos a casa de Mario un buen grupo de Perdíos entre los que se encuentran Miguel, Jose, Piolo, Mario, Lospi, Pitu, Javi, Mauri y Fco.Javier. Sale un extraño día de Julio bastante fresco; parece más bien de mediados de octubre. Lospi no lo duda ni un momento y se pone los manguitos, que conserva puestos durante buena parte de la etapa. Es una jornada como de reencuentro, como de descanso de una larga y dura temporada. De hecho, aunque el ritmo en ocasiones es vivo, no ha habido verdadera competición. Así pues, una de las cosas más reseñables es que a media mañana hemos pasado por Valdivia para ver a Paquito y sus compañeros. Cuando dejamos la plaza de Valdivia, donde por cierto se está muy bien a esas horas de la mañana, algunos se animan y el pelotón se anima. Algunos que no han andado demasiado listos pierden la rueda de los que tiran y se quedan atrás. Pero cuando cruzamos el Guadiana, tomamos ese camino que sale a la derecha y nos dirigimos a la trialera que pasa por entre el río y la sierra de los Bidones. No parece que la cosa esté demasiado clara, porque hay un incendio forestal justo por donde tenemos que pasar. Además las zarzas se han adueñado del camino y, por si fuera poco, unas explosiones de fuego de mortero se ciernen sobre nuestras posiciones. Pero en lugar de irnos para atrás, seguimos adelante pasando entre brasas y zarzas medio quemadas que pinchan y arañan a unos más que a otros (Mauri sabe porqué lo digo). Si me envían las fotos las colgaré en el blog (Lospi es fotohigiénico). Mañana sigo escribiendo...
En el día de la fecha acudimos a casa de Mario un buen grupo de Perdíos entre los que se encuentran Miguel, Jose, Piolo, Mario, Lospi, Pitu, Javi, Mauri y Fco.Javier. Sale un extraño día de Julio bastante fresco; parece más bien de mediados de octubre. Lospi no lo duda ni un momento y se pone los manguitos, que conserva puestos durante buena parte de la etapa. Es una jornada como de reencuentro, como de descanso de una larga y dura temporada. De hecho, aunque el ritmo en ocasiones es vivo, no ha habido verdadera competición. Así pues, una de las cosas más reseñables es que a media mañana hemos pasado por Valdivia para ver a Paquito y sus compañeros. Cuando dejamos la plaza de Valdivia, donde por cierto se está muy bien a esas horas de la mañana, algunos se animan y el pelotón se anima. Algunos que no han andado demasiado listos pierden la rueda de los que tiran y se quedan atrás. Pero cuando cruzamos el Guadiana, tomamos ese camino que sale a la derecha y nos dirigimos a la trialera que pasa por entre el río y la sierra de los Bidones. No parece que la cosa esté demasiado clara, porque hay un incendio forestal justo por donde tenemos que pasar. Además las zarzas se han adueñado del camino y, por si fuera poco, unas explosiones de fuego de mortero se ciernen sobre nuestras posiciones. Pero en lugar de irnos para atrás, seguimos adelante pasando entre brasas y zarzas medio quemadas que pinchan y arañan a unos más que a otros (Mauri sabe porqué lo digo). Si me envían las fotos las colgaré en el blog (Lospi es fotohigiénico). Mañana sigo escribiendo...