-“Son ya menos veinte, no creo que venga nadie más”.
-“Ya estamos todos”. Asiente Mario como anfitrión del punto de reunión.
Pitu, Lospi, Ángel, Mario, Pablo, Cuchi, Jose y Javi.¿Dónde vamos hoy?. Alguien suele iniciar tímidamente el debate. Hoy no hay muchos peros: no ha llovido en toda la semana, no va a llover, no hay barro,nadie tiene que estar a una hora temprana por algún compromiso y, además,esta mañana no hay misa de doce. Alguien dijo “LA CABRA”… ¿Sería una broma?. Pues no. Pero esta vez la ruta sería distinta. Para ir calentando, vadearemos la Sierra de las Cruces por los Guzmanes y afrontaremos la subida al puerto por la cara norte, por donde solo se puede subir en burro, en moto, en cuads -malditos cuads- y, por supuesto, en bici. Vamos, un camino de cabras. Como siempre, los primeros kilómetros son tranquilos, sin sobresaltos ni incidencias…puro calentamiento. Pero esta vez, al llegar al kilómetro ocho no giramos a la derecha como habitualmente, sino a la izquierda directamente a los Guzmanes. Comienza el calentón. -“A mí esperarme arriba”. Dice Jose. A quien le gusta llevar las subidas a su manera, a su ritmo. En un descuido Pabli emula a Hamilton y se sale de pista. ¡Aguanta, por Dios, aguanta!. Falsa alarma. Se vuelve a incorporar a la pista, tras comprobar que por la cuneta también se puede circular. Subidas y bajadas continuas hasta llegar a la base de la rampa. Para algunos es una cuesta más; para otros, como Pabli, es la primera vez. Para Javi la segunda. Corona pequeña, piñón grande, paciencia y equilibrio. La subida es relativamente corta, pero exigente. La inexperiencia le lleva a Pabli a poner el pie en el suelo. Pitu, Cuchi y Javi son los primeros. Le siguen los demás, Lospi, Mario, Ángel, Pabli y Jose. Aquí no ha habido sprint. Cada uno ha subido a su ritmo, tratando de mantener el equilibrio. Una vez reagrupados iniciamos la bajada. El tiempo acompaña, el terreno es favorable. Buen ritmo, recuperamos aliento e, incluso, conversación… Nos queda lo peor. Cinco potrillos nos acompañan con la mirada a nuestro paso. Todos iguales en tamaño y color de pelo. -¿Serán gemelos? Apunta Lospi…¡Pobre madre! Son kilómetros tranquilos. Algunos no sabemos lo que nos espera todavía.
-¡Ehhhhhhhhhhhh! Miramos hacia atrás y vemos a Mario bajado de la bici, con la biela derecha en la mano y con cara de circunstancia. En condiciones normales la jornada habría terminado para él. Pero ahí estaba Lospi, siempreLospi. Como cuando éramos pequeños: “si no juega Lospi, yo no juego”. De cuantos apuros nos ha sacado. Después de echarle la bronca a Mario por falta de mantenimiento de la bici (“así no se puede salir, hombre…tenéis unas bicis…; mira como está esto de guarro…”) comienza la operación. Una llaveAllen, algo para quitar la grasa acumulada y dos piedras, que no falten las piedras en una avería. Y listo. “Ya no hace falta ni que vayas a Carlos”, le dice. Acaba de salvarle la vida a su mayor rival en el sprint y, encima, tiene los guantes llenos de grasa. Mario déjale que gane una vez, hombre. Tras este pequeño contratiempo, por fin llegamos a las estribaciones del Puerto de la Cabra. Esta parte del itinerario la verdad es que no es muy bonita. Más que una pista parece el lecho seco de un pequeño arroyo o correntía que se abre a duras penas entre una mal cuidada alameda de eucaliptos -malditos eucaliptos-. Mucha maleza, troncos secos atravesados y piedras, muchas piedras. Pitu marca la subida, hoy está muy activo. Estasubida es muy técnica: camino estrecho, piedras sueltas, algunas de tamaño mediano, alguna zanja producida por la bajada del agua y un no despreciable
porcentaje de desnivel. Cuchi tiene un problema con los cambios y momentáneamente tiene que echar el pie a tierra. Aquí no se dosifica, ni se juega con los cambios. El tema es subir tratando de mantener el equilibrio Lospi, Pitu y Javi van por delante. El primero da paso a Javi, quien llega primero a la casetilla, pensando que ahí se había acabado el sufrimiento. ¡Qué iluso! Se pone a dar vueltas como un tonto, recuperando aliento y esperando a los demás. ¡Vamos sigue! ¡No te pares! Dicen Pitu y Lospi. Efectivamente, hoy era día de sufrir. Tocaba subir a la cima, kilómetro y pico todavía. Buen firme y buen porcentaje también. Por fin llegamos. Entre veinticinco y treinta minutos de subida continua. Pequeño descanso y refrigerio y a continuación bajada agrupada hasta el Puente de la Pared. Tras cruzar la trialera y el badén de Ortigas comienzan las hostilidades. Tras comerse un trozo de tarta de higos con nueces, Javi empieza a tirar hasta que el cuerpo aguante. Sin relevos, sin ni siquiera parar en el badén del primer molino, continúa atravesando la zona de toboganes y llega a la carretera. Justo al culminar la última cuesta es engullido por el resto de compañeros, a excepción de Jose que viene ligeramente retrasado. Cuchi ataca primero por la izquierda -quizás demasiado pronto-. El resto va tomando posiciones. Se aventura un bonito sprint, hasta que un desaprensivo viene con su coche por dirección prohibida y lo fastidia todo. El grupo tiene que esquivarlo y reiniciar la marcha. Al final, Mario primero, le siguen Lospi y Pitu, Pablo, Cuchi, Ángel, Javi -“el Penúltimo”- y Jose.
La etapa había sido dura, pero al menos habíamos comprobado que no había cabra en el Puerto.___
Julius dixit (a propósito de las fotos que aparecen):
Aqui te mando unas fotos del maestro lavando la bici que si las pone seguro que se acuerda, también te mando una foto de Mario arreglando un pinchazo el solo que eso si que es increíble y la de lospi con el jamón de la ruta de los ríos del año pasado venga saludos
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